martes, 19 de junio de 2012

DESDE MI CUEVA. OSCURA, OSCURA....

Como vivo en un pueblecito de personas con mente plana. De una provincia pequeña y provinciana. De una región de pobladores naufragados en la ignorancia y el analfabetismo. De ciudadanos subsumidos por el peso infame de los púlpitos. Mi cerebro se aplana también y el pesimismo me esclaviza .
Esta situación me encamina a la lectura y la introspección para no morir de sobredosis de adrenalina en un perpetuo cabreo ante la simpleza y bárbaras concepciones de las cosas que tienen mis vecinos. Pienso que así se palía el aplanamiento de mi cerebro . Pero, el pesimismo me esclaviza.
¡Cómo me cuesta escribir una larga disquisición! Si la comprensión de los aconteceres cotidianos es tan simple, que una corta sentencia define todo en derrededor. Espíritus miserables de miserables, en el sentido "victorhuguiano", encadenados por la comprensión de la maldad que supone la prevaricación, el nepotismo y la apropiación y destrucción de lo de todos, que piensan que es de nadie y apropiable por tanto. Apropiable en la cuantía correspondiente a la posición en la jerarquía de la pirámide. ¡Corrupción! ¡Cómo me esclaviza el pesimismo!
Asisto a alguna asamblea de los, pienso, bienintencionados del 15 M, que intentan anarquizar con principios, paradigmas y prejuicios. Intentan solucionar, admirables, la estructura, cuyos pilares desconocen. Les admiro y me inducen a quererlos, a mi pesar. Porque se incomodan, indignan y se dejan ver con valentía. Con su soledad en las plazas. Somos una nación de vergüenzas agarofóbicas y no de vergüenza propia. Y por esto y mucho más, me esclaviza el pesimismo.
Salud.

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