miércoles, 18 de enero de 2012

SI NO FUNCIONA, SE CAMBIA.

Los autollamados de izquierdas no comprendemos la desafección de quien pretendemos tutelar.
Pues, esta es lo normal. Ellos, en general, son incultos. Nosotros somos muuuy intelectuales. Sabemos de todo. Hemos leído la intemerata.  Y....,  lo que es más importante:
¡¡TENEMOS LA RAZÓN!!
Soltamos por aquí y acullá tremendos y sesudos "espiches".
A los amantes del flúmbol; de las telenovelas; de la charla tabernera....
Integrados en esa cultura de las masas. Tan pequeña y alejada de nuestra tremenda sabiduría apocalíptica.
Es normal:
Que les resbalen nuestra berborrea. Nuestra jerga ininteligible y rebuscada. Y, sobre todo, nuestra prepotencia. Que nos desprecien.
Luego nos fastidia que el lenguaje populista. Fácil. Llano. Asequible...
Cale más en sus mentes e incline sus voluntades a quien les encadena.
El error es nuestro. No es el sesudo sermón el que hace "miseros", sino el cotilleo y la camaradería.
Dejémos de regodearnos en nuestro ombligo. No es más que un hoyuelo residual.
No nos funciona el discurso. Perdemos la calle. Las tabernas. Los talleres. Los campos. Las oficinas. Los hogares. Perdemos a la gente.
¿CAMBIAMOS?





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