viernes, 10 de febrero de 2012

GARZÓN. REFLEXIÓN.

Pues a mí me pasa que tengo sentimientos y emociones encontradas al respecto de esta cuestión. ¿Somos capaces de analizar acertada y fríamente, como profanos en la materia, un asunto de esta complejidad?. Y si la sentencia ha sido correcta y debería de haber más en este sentido, por la vulneración de derechos considerados fundamentales. El problema no son, así lo entiendo, estas decisiones en las cumbres de los dioses. Es el abuso y el desprecio de persona y de la equidad y del interés debido en las cuantiosísimas causas que nos afectan a los pobres mortales de por aquí abajo. Lo digo por propia experiencia. Todos los jueces, claro, no son unos rateros, al menos en sus comienzos. Pero estos honrados son una mínima minoría. Y ahí es donde nos la dan. Esto que nos entretiene ahora son árboles gordos que ocultan el inmenso bosque de infamia que se oculta detrás.
Salud.

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