Producción y distribución. Esa es la cuestión.
La influencia de la distribucuión en la generación de carestía es innegable, tanto en lo cultural cuanto en los otros productos; agrícolas, industriales, etc.
Aquí no está cuestionándose la propiedad intelectual, industrial o de patente.
Está en juego la libertad de expresión, que intentan cohartar las industrias de la distribución, los grupos de interés y los obstentadores del poder aparente al servicio del poder fáctico.
Es posible un mercado directo, hoy más que nunca, entre autores, productores y consumidores.
Esto haría además la función de ajustar valor y precio, sin subterfugios propagandísticos.
¡Basta ya de darle vueltas a esta historia, que va a acabar mareada!
Salud.
Es posible un mercado directo, hoy más que nunca, entre autores, productores y consumidores.
Esto haría además la función de ajustar valor y precio, sin subterfugios propagandísticos.
¡Basta ya de darle vueltas a esta historia, que va a acabar mareada!
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