SOBRE
LA RUEDA DE PRENSA DE RAJOY, LA PRIMERA DE SU, ESPEREMOS QUE CORTA, ERA. QUE HA
AUMENTADO LA DESCONFIANZA DE TODO QUISQUE SOBRE LA POSIBILIDAD DE QUE TAMAÑO
IMBÉCIL E INMORAL MENTIROSO ARREGLE ALGO.
¡Pero cómo no van desconfiar
los inversores y los especuladores con semejante perorata! Esos intereses están
con la paciencia y la esperanza perdida en que el Gobierno emprenda una durísima
tarea de
austeridad y moralización de la función pública. Una guerra a muerte con todas
las armas del poder y de la ley contra la corrupción. ¿Cómo va a confiar nadie
en una nación donde no hay administrador que quede fuera de la sospecha de
despilfarro, nepotismo y saqueo de las arcas públicas? Donde el más alto
responsable de la judicatura es un ladrón y un desvergonzado. Donde cada
siguiente sentencia de un juez o tribunal es más descabellada y disparatada de
la anterior. Donde se indulta discrecionalmente a ladrones, torturadores y
corruptos. ¿Es que alguien se piensa que los que arriesgan sus dineros, lícitos
o no, no leen y están perfectamente informados de en qué clase de cueva de
ladrones se ha convertido el país? ¿Acaso piensa Rajoy que esos llamados
mercados no saben de su catadura moral y de su ideología de extrema
derecha?
¿Se cree que paralizando la capacidad de consumo y de supervivencia
de una gran parte de la nación se generará la riqueza necesaria para devolver
los capitales y sus intereses?
¿Cree que no saben que, subsumidos a los
intereses de las energéticas, el despilfarro de materias primas, que se importa,
es insostenible?
Pues, ¡claro que lo saben!
¿Que la deuda militar es del
tamaño del agujero que, el saqueo y la mala gestión de entidades y supervisores,
han generado en los bancos y cajas. Monumental ¿Que a Bankia no se le van a
regalar solo veinticuatro mil millones, que además el estado tiene que hacer
frente al anterior aval de más de otros tantos, en total casi cincuenta mil
millones de euros. Y que ese dinero no se puede recuperar, ni esa empresa puede
sobrevivir, ya que no hace ningún negocio, prestar, por ejemplo? Que me lo digan
a mí, que me han retirado hasta la tarjeta de crédito Visa, que puntualmente les
pagaba con buenos intereses.
Pues, ¡claro que lo saben!
Tiempos muy duros
nos esperan. También a los analfebetos, muchísimos, a los devotos, bastantes y a
los que siguen embobados en la teletonta de culos y tetas y esperpentos varios y
fútboles.
No se tiene aquí consciencia, por parte de la mayoría, de la
ignominia que supone estar subyugados por infames fascistas.
¡Ala, me he
quedado contento!
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